Los cuentos de las Hormigas

Historias... Ideas... Pensamientos... Emociones plasmadas en el arte más completo: El Lenguaje

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Nombre: Don Petrucci
Ubicación: Iquique, Chile

que les gustaria saber de mi?

febrero 24, 2006

Horrores De La Guerra


¡Que guerra, Dios mio!¡Que Guerra!. La peor que viví en siglos.
Eramos 3... solo 3 soldados de la compañía "casa roja" contra cientos. Nos rodearon sin tregua. No había donde escaparse. Era obvio que nos tenían más que rodeados pero por alguna razón solamente nos atacaban en pequeñas guerrillas. Por fortuna no perdimos ninguna pero parecía que el enemigo no tenia intenciones de aniquilarnos... no... ellos querían agotar a nuestra artillería, sobre todo a nuestro armamento pesado.
Por suerte nos llegaron informes de una nueva y letal arma quimica que podría acabar con nuestros problemas. Con mis 2 conscriptos dudaba lograr aguantar el suficiente tiempo, pero no había nada que pudiéramos hacer.
Gracias a Dios, los soldados a mi lado estában muy bien entrenados en las artes de la guerra y logramos aguantar muchas de las guerrillas. Pero ya casi no teniamos reservas. La voluntad y el espiritu de guerra de mis soldados se agotaba y yo ya casi me quedaba sin esperanza suficiente para mantener el espiritu de mis soldados en pie.

¡Ah! Los cadaveres. La muerte... Los cuerpos estampados en el campo de batalla. El aroma a muerte mezclado con sangre y quimicos. Asi es. El arma se había completado y logramos aguantar el suficiente tiempo. Fuimos extraidos del campo en una operacion casi suicida a las 430 horas. Por suerte el enemigo no contaba con la informacion ni con los medios para detener nuestro avanze, por lo cual el veneno para hormigas funciono perfectamente.

febrero 07, 2006

Lagrimas Celestes


Recuerdo como caian. Me encantaba ver como celestes horadaban el suelo de mi patio. Me paraba bajo ellas y las dejaba rodar por mi cara, por mi ropa. Mi madre por su puesto enojadisima me metia denuevo a la casa, de la oreja, y quejandose de cuanto resfrío y sus variedaes respectivas se le venian a la mente. Desde ahi, un rinconcito que me ganaba cerca del gran ventanal, las veía. Como apartadas de mi tras el cristal. Suicidas se entrellaban contra ese falso humbral como queriando alcanzarme. Y ponia mi mano para sentir el frío del vidrio que era sus caricias.
La lluvia caia y caia. Pero ahora solo existe en mis recuerdos. Mi vida ya no tiene lluvia en ninguna de sus formas. Un castigo del cielo por mis pecados. Ese es mi sufrimiento, ese es mi castigo. El no ver màs lluvia que las lagrimas de mis ojos. El no sentir el corazón del invierno en mi ventana, ni en mi cuerpo ni en mi ropa. El no sentir en mi ese frío abrazo acogedor de las gotas celestes. Mi alma llora por no ver ese milagro celestial realizado y ver nuevamente el climax del espectaculo en tecnicolor. No, no mas milagros de Dios para mi pues grande fue mi pecado.

Años pasaron luego, y vi otravez la lluvia caer. Pero en detenido observar el reflejo entre las gotas, me di cuenta que eran lagrimas celetes que venian de los ojos de Dios, quien lloraba por mi alma perdida.