Los cuentos de las Hormigas

Historias... Ideas... Pensamientos... Emociones plasmadas en el arte más completo: El Lenguaje

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Nombre: Don Petrucci
Ubicación: Iquique, Chile

que les gustaria saber de mi?

diciembre 21, 2006

Mentes brillantes

Zofri, Iquique, 18:30pm. Un hombre camina entre muchos otros. Su vestimenta no es llamativa, un pantalón, una camisa. Típico hombre de oficina. Nada en particular excepto por un alicate de patas rojas, cuyo tamaño es un poco más grande de lo normal. Se paseaba entre los autos del estacionamiento, buscando algo desesperadamente. Un guardia de las cercanías se acerca y le pregunta:

- Disculpe. ¿Lo puedo ayudar en algo? -
- Eh... no, en nada... estoy tratando de encontrar mi auto, pero no me acuerdo donde lo dejé. -
- ¿Como era su auto? -
- Un Hyundai, Elantra 1. Color Blanco. -
- ¿Y la patente? -
- Ah.. eh. No recuerdo. Ese es el gran problema. Es nuevo y la patente me la entregaron hace poco. -
- Ya veo. Voy a llamar a los otros guardias a ver que me pueden decir al respecto. -
- Ya... gracias. -

El hombre entonces camino hasta la puerta por donde se encontraba la salida de los autos, más conocida como puerta 1. Se paró un buen momento ahí y estuvo observando el paisaje.
El guardia que se encontraba en esa puerta, recibió el llamado del guardia del estacionamiento, y viéndolo medio desorientado, se le acerca y le pregunta:

- Disculpe, ¿Usted es la persona a la que se le extravió un auto? -
- ¿Yo? No, señor. Je. Me está confundiendo, yo no tengo auto. -
- Uno de los guardias me acaba de informar que usted reportó un Hyundai, Elantra 1, color blanco como perdido. -
- ¿Yo? Pero si acabo de llegar. -
- ¿Está seguro? -
- ¡Pff! ¡Pero como no voy a estar seguro! -
- Bueno, si usted lo dice... -

El guardia, extrañado, comenzó a sospechar y dio aviso a los otros guardias de que estuvieran atentos a este hombre, que aun sujetaba firmemente el alicate en la mano.
Luego, el mismo guardia que le había preguntado en un principio que cosa se le había perdido lo comenzó a seguir. El hombre caminó lentamente hacia el edificio comercial principal. Virtrinió un momento y luego volvió a salir hacia el estacionamiento y nuevamente se puso a buscar algo como loco. El guardia se le acerco otra vez.

- Señor, disculpe, ¿Lo puedo ayudar en algo?.-

- Eh... no, en nada... estoy tratando de encontrar mi auto, pero no me acuerdo donde lo dejé. -
- Ah. ¿Y como era su auto? -
- Un Hyundai, Elantra 1. Color Blanco. -
- Aaah, debe ser nuevo y me imagino que no recuerda la patente. -
- Ah. Eh, sí claro, ¿como supo?. -
- No es la primera vez que pasa. Déjeme decirle algo. Voy a llamar a los demás guardias a ver si es que han visto algo. ¿Le parece bien?
- Ya... gracias. -

El guardia tomo su walkietalkie y comenzó a enviar mensajes en clave diciendo que tuvieran cuidado con el hombre del alicate, pues podría tratarse de un persona enferma. De vuelta a la puerta 1, el hombre nuevamente estaba parado mirando despistado el paisaje. De pronto, el guardia de la puerta 1 se acerca a él nuevamente y le dice:

- Señor, ¿Sería tan amable de acompañarme por un momento? -
- Eh, sí claro... pero ¿Para qué sería? -
- ¡Ah! Solo cosas de rutinas. Por favor, síguame. -

El hombre siguió al guardia quien lo llevo al interior del edificio comercial principal, y se detuvo a vitrinear en las ventanas. Luego se dio la vuelta y se dirigía al estacionamiento cuando es sujetado del brazo por el guardia de la puerta 1. Al ver esta escena, otros guardias se acercaron discretamente para no levantar sospechas.

- Señor, le acabo de decir que por favor me acompañe. Evitemos un escandalo. -
- ¿Que usted me dijo qué? ¡Pero si yo acabo de llegar! -
- ¡¿Como que acaba de llegar?! Ya basta de bromas, caballero. Ahora por favor muévase. -
- ¡¿Pero que insolencia es esta?! ¡¿Así es como tratan a sus clientes aquí?! -
- ¡Es la ultima vez que se lo pido amablemente!. - Ya a estas alturas mucha gente se había detenido a mirar la escena - ¡Muévase! -

El hombre trato de safarse con todas sus fuerzas, pero el guardia le ganaba por mucho en masa muscular, y por lo demás, los otros guardias procedieron a apoyarle.
Uno de los guardias que intentaba calmar al hombre, le arrebato de la mano el alicate y acto seguido, el hombre se desvaneció como si nada. Todos los presentes quedaron estupefactos.

Y arriba, desde el segundo piso, un sujeto vestido de gabardina de cuero café, miraba atentamente la escena. Una vez que desapareció el hombre misteriosamente, agacho la cabeza y la movió con desaprobación. Del bolsillo interior de su gabardina, saco una radio grabadora.

- Sujeto v. 1.77. Fallas en los bancos de memoria impiden crear nuevos vínculos por lo cual los ciclos se repiten varías veces, causando en el sujeto reinicio total de memoria al recomenzar estos... ah si... nota mental: Recordar que la proxima vez no debo hacer experimentos donde hay gran afluente de publico. -